Vacuna contra el virus del Papiloma Humano: evidencia actual
Sandoya E
Antecedentes
La vacunación anti VPH es efectiva para prevenir la infección por este virus, en particular de los serotipos 16 y 18, responsables del 70% de los casos de cáncer de cuello uterino, tal como ha sido demostrado por diversas investigaciones. Ello ha llevado a que, en nuestro país al igual que en diversas partes del mundo, se promueva su empleo en adolescentes de ambos sexos. Pero eventos adversos serios ocurridos tras su empleo han desatado una fuerte controversia en este tema, la que ha alcanzado niveles importantes en nuestro país desde el momento que se planteó la obligatoriedad de la vacunación.
Objetivo
Analizar el estado actual de la evidencia referida a la vacuna anti VPH.
Método
Se analizaron los principales ensayos clínicos randomizados que llevaron a la aprobación de las 3 vacunas disponibles actualmente. En ellos se analizó el beneficio alcanzado y los efectos secundarios. Se analizó la incidencia de eventos adversos en estudios de grandes series de pacientes para poder tener un panorama más completo de los mismos dada su baja incidencia.
Resultado
Existe importante sesgo de publicación de estos estudios, pues de un total de 52 ensayos clínicos que evaluaron la vacuna y han sido completados, solo se han publicado los resultados de 23 de ellos. Los principales ensayos clínicos muestran reducción de la infección con el virus tras la vacunación, pero no han mostrado impacto en la prevención del cáncer de cuello de útero, lo
que requiere mayor tiempo de seguimiento para ser evaluado. Parecería existir beneficio en la prevención de neoplasia intraepitelial cervical de grado severo. La incidencia de eventos adversos severos se da en 1 de cada 2.000 jovencitas vacunadas, una tasa superior a la observada con otras vacunas.
Conclusión
No existe evidencia de que la vacunación anti VPH reduzca la incidencia de cáncer de cuello uterino. La misma tendría impacto en la prevención de lesiones precancerosas, pero ello no es seguro dada la no publicación de más de la mitad de los estudios realizados. La incidencia de eventos adversos es baja, pero pueden ser severos, por lo que una adolescente se expone al riesgo bajo pero posible de una evento adverso severo sin que se sepa si la vacunación va a prevenirle el cáncer, algo que recién se conocerá en los próximos años.
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