Comenzó la segunda edición del diplomado en intervención socioeducativa en privación de libertad

Con la presencia de representantes de la Unión Europea y de la Universidad CLAEH, el pasado 27 de abril en la sede central de la Universidad CLAEH inició la segunda edición del diplomado «La intervención socioeducativa en privación de libertad con énfasis en el enfoque de derechos humanos y las perspectivas de género y diversidad».

Al igual que su primera edición, este diplomado – que tiene una duración de cinco meses – se realiza en el marco de Crisálidas, un proyecto de inclusión para mujeres privadas de libertad en Uruguay financiado por la Unión Europea, cofinanciado y ejecutado por la Universidad CLAEH e Incidem y en colaboración con El Abrojo, Mizangas, Vida y Educación y la Red Internacional de Economía Humana (RIEH).

En el acto de inauguración estuvieron presentes Markus Handke, jefe de la Sección de Cooperación de la Delegación de Unión Europea en Uruguay, y Leopoldo Font, Vicerrector de Desarrollo de la Universidad CLAEH y director del proyecto Crisálidas, que además es docente del diplomado.

Además, de la sesión inaugural participó la coordinadora y docente del diplomado Ana Juanche junto a parte del equipo docente. Juanche presentó la propuesta formativa y dedicó unas palabras de bienvenida y agradecimiento a participantes y docentes.

En esta edición, el diplomado alcanza a 43 personas vinculadas a organizaciones de la sociedad civil, instituciones y otros organismos públicos que trabajan con mujeres privadas de libertad, sujetas a medidas alternativas y liberadas.

Esta formación tiene como objetivo otorgar a sus participantes herramientas conceptuales y metodológicas para la intervención socioeducativa con mujeres privadas de libertad, sujetas a medidas alternativas y liberadas. En esta línea, desde el proyecto Crisálidas se contribuye a fortalecer las capacidades para la participación y la incidencia de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con mujeres privadas de libertad.

En esta segunda edición, el diseño curricular privilegió el aprendizaje colaborativo entre pares y trata de propiciar el intercambio con programas institucionales y experiencias de la sociedad civil, incorporando la participación de actores estatales y representantes de organizaciones sociales.