ETHOS de la Universidad CLAEH. Por Andrés Lalanne
Orígenes del CLAEH
El Centro Latinoamericano de Economía Humana ha cumplido más de sesenta años. Sus fundadores eran cristianos con compromiso social de seis países del continente.
En el manifiesto fundacional decían: …“Estamos pues, desde la partida, frente a la situación humana de nuestros pueblos de América Latina. ¿Para hacer qué?
En primer lugar, para hacer un llamado a la responsabilidad de todos. No para esperar sólo de la responsabilidad de los ricos y los poderosos. No para aguardar el uso benévolo y paternal de una estructura creada para la dominación y la explotación y en la cual la justicia y el respeto del hombre vendrían a ser dádivas. Ni tampoco para limitarse a “lo social” (obras sociales, legislación social) como un correctivo aplicado sobre estructuras económicas y sociales en sí mismas inhumanas, y generadoras de inhumanidad y miseria. Rechazamos la coexistencia de dos finalidades, una económica y otra humana. Queremos una economía ella misma humana; unas estructuras económicas y sociales ellas mismas orientadas al ascenso humano universal”.
La Economía Humana:” ... define un ideal límite: un régimen económico que en su propio funcionamiento normal esté orientado a la satisfacción efectiva de las necesidades. De las necesidades totales de todos los hombres. A su conjunto íntegro y jerarquizado; no a simplificaciones deformantes, no a una abstracción monetaria”.
Y la visión de cómo lograrlo es también ilustrativa: “Un vasto esfuerzo de realización debe ser montado, en el que, íntimamente ligados al trabajo científico, las fuerzas educativas y asistenciales, los movimientos obreros de la ciudad y del campo, las energías locales y municipales, las fuerzas políticas de amplia visión y los organismos nacionales e internacionales, fuercen, a todos los niveles la transformación hacia una Economía Humana.”
El CLAEH de los primeros años fue una institución de investigación y divulgación de las ideas del movimiento Economía y Humanismo, inspirado y dirigido por el dominico Louis-Joseph Lebret en la década de 1940. Los fundadores del CLAEH tenían resonando en su espíritu los consejos que el Padre Lebret les escribiera luego de su pasaje por la sede del movimiento en Francia:
“Tengan pasión por el ascenso humano de vuestro pueblo y, mirando más lejos, de toda América Latina. Pero comiencen por estudiar las necesidades de las capas menos favorecidas de la población y confróntenlas con las posibilidades de responder a ellas. Eviten sobretodo la verbosidad y el vértigo. No hablen sin haber aprendido pacientemente en la escuela de las cosas y de los hombres; intervengan y con fuerza, pero después de haber adquirido la certeza que vuestra intervención está bien orientada. Tienen delante de vosotros una tarea magnífica si durante varios años se contentan con actuar en la base, esperando el momento de madurez para comprometerse en la cima. Vuestro momento de influencia decisiva vendrá, pero prepásense desde lejos. Ensanchen vuestro humanismo en el análisis y en la acción.
Sean desinteresados. Amen verdaderamente al otro, a los otros, y sobre todo a los más desvalidos. Ardan por la angustia mientras haya en vuestra nación capas de población privadas de todo lo necesario bajo la forma que sea. Comprométanse resueltamente sin jamás retractarse. Que cuando alguno de ustedes se descorazone el equipo sepa relanzarlo hacia adelante. Acepten con gusto la disciplina de equipo, la eficacia tiene ese precio. Ustedes deben crear toda una red de equipos de base, integrando siempre en ellos obreros y trabajadores agrícolas. Si ustedes están solamente entre intelectuales no tardarán en descarrilar o convertirse en una capilla cerrada”.
La influencia de Lebret en América Latina, y la que la región tuvo sobre Economía & Humanismo, fueron muy grandes. La situación social del continente a mediados del siglo XX impactó al sacerdote francés y contribuyó a modelar sus conceptos sobre el desarrollo, en convergencia e influencia mutua con la CEPAL de entonces, bajo el liderazgo de Raúl Prebisch. Brasil en primer lugar, Colombia, pero también Argentina, Chile, Perú, Venezuela y Uruguay fueron lugares donde se crearon grupos de adherentes al movimiento.
Lebret presidió en Colombia la llamada Misión Economía y Humanismo que produjo por encargo del gobierno de ese país el Estudio sobre las condiciones del desarrollo de Colombia, considerado el primer informe sobre la materia, fue publicado en 1958 y muy cuestionado por las oligarquías políticas y económicas.
Los fundadores del CLAEH iniciaron en 1958 la publicación de una revista, Cuadernos Latinoamericanos de Economía Humana (hoy Cuadernos del CLAEH), a los efectos de publicar en ella los trabajos de investigación vinculados a las ciencias sociales.
En esa época inaugural se realizaron estudios pioneros de la sociología científica aplicada en el país. Es el caso de dos trabajos paradigmáticos: un estudio sobre la familia en Montevideo, y “El Uruguay Rural” publicado en 1964, realizado para el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social (1965-1974), primer trabajo de planificación del desarrollo por parte de un gobierno nacional.
El fondo editorial del CLAEH se ha nutrido en diversas épocas de la producción académica de sus investigaciones, sirviendo para la difusión y amplificación de ideas y debates de los principales temas sociales en Uruguay y América Latina. Títulos como El desarrollo local. Un desafío contemporáneo, Historia contemporánea del Uruguay. De la colonia al siglo XXI, Creciendo en condiciones de riesgo. Niños pobres del Uruguay, El desarrollo frustrado, Manual de economía de la seguridad social en América Latina, La alternativa parlamentarista, Pensar el futuro, entre otros tantos, son textos de referencia en ámbitos académicos y de enseñanza dentro y fuera de fronteras.[1]
Cuadernos del CLAEH hoy es una publicación arbitrada, la de mayor antigüedad en su área en Uruguay. Su calidad académica y editorial es reconocida en el país y en el exterior. Adhiere a los principios del acceso abierto y sus contenidos están disponibles gratuitamente en Internet.
Pese a su vocación latinoamericana la actuación del CLAEH se fue concentrando en el Uruguay, en el seno de una sociedad con características peculiares de laicidad, igualdad ante la ley, y proclamada solidaridad.
Los acontecimientos políticos de ruptura institucional en América del Sur, fueron dificultando la acción de los cultores de la Economía Humana. La dictadura militar de Brasil en 1964, a la que siguieron en los setenta las del Cono Sur (Chile, Argentina, Uruguay) fueron duros golpes que llevaron a la detención de sus actividades, las que desaparecieron o pasaron a ser clandestinas.
En 1973, luego del golpe militar en Uruguay, el CLAEH, con la inspiración de Juan Pablo Terra, continuó sus investigaciones y su reflexión en relación con actividades de promoción social, defendiendo el pluralismo, la libertad de pensamiento y las ideas democráticas. Se organizaron estudios, seminarios, cursos de formación en los que participaron historiadores, economistas, sociólogos, politólogos y actores sociales. En 1979 se creó un departamento dedicado a la mediación y a la intervención social y se abrió una sede en el noreste del país con un equipo permanente que trabaja en desarrollo local.
En 1985, con el retorno a la democracia, se abrió una nueva etapa para el CLAEH, en la que los temas de trabajo han sido la reconstrucción de las instituciones del país y los desafíos de la globalización. Se realizaron investigaciones sobre el tema de la pobreza y sus efectos en la niñez, se introdujo en el país el paradigma del desarrollo local, se investigó sobre las características de la vida política uruguaya y sobre la historia reciente del país, se reflexionó sobre los temas de integración regional y de inserción internacional.
Pese a la recuperación democrática quedaron huellas duraderas en nuestras sociedades. La filosofía reaccionaria y ultra (neo) liberal de estos regímenes condujo a un repliegue de las personas en un individualismo que aún persiste.
Enrique Iglesias en el prefacio del libro “Caminos de Economía Humana”[2] dice: “Para mi generación, que tuvo el privilegio de oír a Lebret, aquellos conceptos trascendían las visiones de la realidad, esquemáticas, mecanicistas, donde a veces la búsqueda de modelos parecía hacer de la economía una ciencia en competencia con la física. La búsqueda de la elegancia de los modelos llevaba a perder el contacto con las realidades. Es esa aproximación a la realidad concreta, con sus frutos de lecciones sobre el comportamiento de las personas, lo que más resonó en mentes jóvenes de aquellos tiempos”.
Inspiración doctrinaria
Siguiendo a Romeo Pérez Antón hay dos fuentes principales de inspiración, la que proviene de sus orígenes y la que fue desarrollando el CLAEH a través de la historia que venimos de reseñar. [3]
Las cinco referencias principales heredadas del movimiento Economía y Humanismo fueron: personalismo, solidaridad, compromiso militante, ciencia integradora y desarrollo.
En primer lugar, el personalismo, aunque en tensión con los conceptos manejados por Emmanuel Mounier y la revista Esprit, contemporáneos de Economía y Humanismo. Esto refiere a la postura que afirma los valores de la persona humana, de los valores de los individuos, pero concebidos como personas, como fundamentos no sólo del deber ser de las sociedades sino también como instancia crucial de la comprensión de la dinámica de las sociedades.
En segundo término, la afirmación del valor solidaridad como central en una constelación de valores de base que califica al personalismo de Economía y Humanismo, tanto que podríamos hablar de un personalismo con solidaridad, lejano de categorías individualistas.
El tercer elemento es el compromiso militante. El compromiso con el cambio social y eventualmente con una práctica política pero antes científica y profesional, de investigación social y promoción del cambio social, bajo inspiración de valores.
En cuarto lugar, el tratamiento distintivo dado a las ciencias sociales. La ciencia social de Economía y Humanismo, que se inscribía en la noción general de ciencia, buscaba la integridad, la reconstrucción completa de los referentes sociales, de los casos que se estudiaban, las situaciones y los procesos sociales. Economía Humana es el nombre que dieron a esta ciencia social integral, que no rechazaba las especializaciones, o sea, la sociología, la demografía, la economía; pero en su método se dirigía a la reconstrucción de la unidad social, a lo que venía después de que las especialidades hubieran hecho su tarea.
El quinto rasgo es la noción de desarrollo, que no era tanto el progreso económico y social lineal, predeterminado, sino un eje diferente, abierto a nociones muy complejas de cambio cultural más allá de la acumulación de valor material.
A esta inspiración inicial se agregó lo relativo a democracia, historicidad, interdisciplinariedad, Estado y Sociedad Civil e integraciones multinacionales, como aportes doctrinarios propios del CLAEH a partir de su primera inserción, el movimiento de Economía y Humanismo. Esto refiere a la acumulación de reflexiones a partir de experiencias de la institución, por vicisitudes de la época o por caminos elegidos.
La referencia a la democracia no quiere ser original porque ya estaba en los propósitos iniciales, pero fue a partir de la experiencia de la dictadura uruguaya (1973-1984), naturalmente reflexionada y elaborada, y obviamente como estímulo antagónico, como desafío, que al ser respondido deja la afirmación doctrinal democrática muy fuerte. El segundo aporte es el del estudio de la historia nacional, en particular la del siglo XX, mal conocida y distorsionada por los enfoques partidistas. Se trata de una sensibilidad histórica o conciencia de la historicidad, de los fenómenos que hay que investigar. No puede haber reconstrucción íntegra de lo social, sin estudiar aspectos históricos. En tercer lugar, la interdisciplinariedad que se vincula al concepto de ciencia integral de Economía y Humanismo. Se trata quizás de la traducción práctica, como práctica científica, de las aspiraciones de una economía humana, o sea, de una reconstrucción de la totalidad social, de la complejidad social: ir más allá de las especialidades. Luego Pérez Antón alude a las relaciones entre el Estado y la Sociedad Civil, una Sociedad Civil autónoma del Estado. El CLAEH ha sido, en sus relaciones, en sus interacciones, muy político y al mismo tiempo, al pertenecer a la Sociedad Civil, tiene familiaridad y lenguajes que lo comunican con las organizaciones de la Sociedad Civil. Tiene también cierta familiaridad en el trato con el Estado y algunos lenguajes comunes con él. Se entiende con autoridades centrales, con descentralizadas, de instituciones y empresas públicas y de organismos de integración internacional. Y sus aportes a la investigación sobre los procesos de integración han formado parte también de su vocación internacional, desde muchos años antes de la globalización actual.
El CLAEH hacia la Universidad
El progresivo retiro del financiamiento por parte de la cooperación internacional obligó al CLAEH a reducir sus intervenciones sociales para concentrarse en la actividad de centro de reflexión (think tank) y, desde ese lugar, crear en 1997 un instituto universitario dedicado a los estudios de postgrado en ciencias sociales. En el año 2006 se puso en funcionamiento una Facultad de Medicina, luego una de Cultura y una de Derecho, todas basadas en la filosofía humanista de la institución. En 2017 el Instituto universitario CLAEH se convirtió en la quinta universidad privada del Uruguay, la Universidad CLAEH.
Como centro universitario, el CLAEH ha formado a varias generaciones de médicos, gestores culturales, gestores de sistemas de salud y de educación, profesionales del derecho en instituciones sociales. Ha profesionalizado de esta forma carreras en el campo de la salud y de lo social.
El CLAEH ha creado un nuevo modelo universitario que articula la exigencia académica y el arraigo social, practica la interdisciplinariedad conciliando puntos de vista de diferentes tipos de actores. Se ha promovido una práctica de la investigación que combina a la vez la especialidad y la interdisciplinariedad, la neutralidad y el pragmatismo, el debate interno y el diálogo con el mundo académico y político, la comunicación permanente de resultados. Se han identificado y descrito importantes desafíos nacionales tales como la situación social de los trabajadores rurales, las políticas de salud, el funcionamiento del sistema político, la reforma de la educación, la evaluación de las políticas sociales, la integración regional. En todos estos temas, el CLAEH posibilitó el avance del debate público orientándolo hacia una redefinición de políticas públicas e inspirando la acción de organizaciones sociales.
Propósitos de la universidad CLAEH
Al conmemorar los 60 años de la institución y su consagración como Universidad expresamos delante de autoridades, instituciones colegas y otros públicos algunos compromisos concretos.
- Constituir un espacio abierto de aprendizajes y proyectos colaborativos en asociación con otros actores, desde un contexto institucional moderno, abierto, exigente y flexible.
- Promover el emprendedurismo, la creatividad y la innovación, no sólo entre nuestros alumnos, docentes y egresados, sino abierto a todos quienes puedan beneficiarse de nuestros saberes.
- Contribuir a la creación y difusión de conocimientos valiosos para el desarrollo integral y sustentable del país, a partir de la identificación de problemas y
- Orientar las actividades de extensión hacia los sectores desfavorecidos, en todo el territorio nacional, atendiendo con diligencia sus demandas para contribuir a la inclusión y la equidad.
- Incidir en la creación y desarrollo de políticas públicas desde la participación, el diálogo y la articulación de los actores involucrados.
- Contribuir a la construcción de un sistema universitario nacional, donde lo público y lo privado se unan en propósitos superiores a cada institución particular.
Las claves del funcionamiento
La Universidad CLAEH se define como una organización de la sociedad civil, humanista e independiente de toda religión, ideología y partido político. En una sociedad democrática, el prestigio de una sociedad civil se basa en la coherencia de su accionar en el tiempo y con los principios que la animan. Esta coherencia ha sido uno de los pilares sobre los cuales el CLAEH ha construido su ethos sin sujeción a organizaciones o poderes exteriores.
La institución es fruto de la articulación, nunca fácil ni evidente, entre la intervención social y la enseñanza. Es una organización de la sociedad civil con identidad universitaria. Ha priorizado siempre muy claramente su compromiso humanista en la forma de abordar sus actividades, manteniendo un alto nivel de exigencia académica. Para ser capaz de anticipar los desafíos de la sociedad, el CLAEH mantiene además de sus redes universitarias toda una red de personas comprometidas tanto en instituciones nacionales e internacionales como en empresas y en ONG.
Una preocupación permanente es que los públicos internos (docentes, funcionarios y alumnos) conozcan los valores que dan sentido a la institución. No es una tarea fácil ya que los avatares del día a día concentran gran parte de los esfuerzos. La coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos, el respeto integral de todas las personas sin distinción de jerarquías, la equidad y transparencia, la comunicación y el diálogo entre todos, son las preocupaciones de los responsables de las distintas unidades.
Una tentación habitual en las universidades es dejarse seducir por los “cantos de sirena” externos, los que vienen del marketing de las instituciones. Entre ellos destaca el posicionarse en los rankings, asumidos como indicadores de la calidad institucional, cuando lo que hacen es clasificar las universidades de acuerdo a criterios que definen los que los establecen. Una universidad debe construir los indicadores que son relevantes para el cumplimiento de su misión y sus planes, inspirándose en otras instituciones, pero no asumiendo criterios ajenos.
Todo esto es una tarea continua y de largo aliento. Dentro de los “debe” encontramos la implementación de una adecuada evaluación del desempeño individual y de los equipos, la reflexión y acción en relación con la Responsabilidad Social Universitaria, la codificación explicita de nuestra ética, y la creación de espacios para los egresados de nuestros programas.
El legado de Lebret
A lo ya mencionado de la inspiración doctrinaria de Economía y Humanismo, Lebret ha sido una compañía siempre presente en el CLAEH. En ello han contribuido sus libros y escritos, pero antes que nada su fuerte personalidad que tanto impresionó a quienes lo conocieron a su paso por América Latina.
El espíritu navegante de Lebret, nos ha impulsado hasta aquí y nos guía hacia el futuro. En numerosas ocasiones lo hemos recordado a través de sus frases que usamos en saludos de Navidad y Nuevo año de los que destacamos los siguientes:
“Embarcarse. Uno no sabe que barcos encontrará, que tempestades tendrá que soportar, a qué puertos tendrá que llegar. Uno parte sin tenerlo todo previsto y, sin embargo, llega. […] Naturalmente siempre habrá un riesgo. Pero esto no impide partir” (Principios para la acción, 1944).
“El amor continúa siendo la más poderosa de todas las fuerzas: sabe sacar de las posiciones bloqueadas, abrir nuevas vías, sortear o aplastar los obstáculos, combatir la injusticia, denunciar los egoísmos, arriesgar incomprensiones e ingratitudes, soportar los fracasos, recomenzar tantas veces como sea necesario”. (Notas inéditas)
“Entregarse a los sueños es locura. Ser demasiado práctico y estar demasiado cuerdo quizás sea también locura. Pero sobre todo es locura ver esta vida como es y no como debería ser. ¡Nos hacen falta locos!”
“Ningún año se parece a otro. Nunca volvemos a comenzar. La acción siempre es adaptación a nuevas situaciones, a nuevas necesidades”.
En América Latina Lebret tuvo fuerte influencia en personalidades como Alceu Amoroso Lima, Eduardo Frei, Josué de Castro, Helder Cámara y Juan Pablo Terra. Y entre los testigos que aún nos acompañan encontramos a Enrique Iglesias, Chico Whitaker y Jacques Chonchol.
Publicaciones mencionadas
El desarrollo local. Un desafío contemporáneo, José Arocena. Caracas: CLAEH - Universidad Católica del Uruguay - Nueva Sociedad, 1995, 175 pp., ISBN 980-317-77-5
Historia contemporánea del Uruguay. De la colonia al siglo XXI. CAETANO, Gerardo; RILLA, José Montevideo: Fin de Siglo, CLAEH, 10 ediciones entre 2004 y 2014, 631 pp. ISBN 9974-49-329-3
Creciendo en condiciones de riesgo. Niños pobres del Uruguay. Juan Pablo Terra y otros Santiago de Chile, CLAEH - Unicef, 1989, 97 pp.
El desarrollo frustrado. 30 años de economía uruguaya (1955-1985) Walter Cancela y Alicia Melgar Colección Argumentos, n.º 1
CLAEH- Ediciones de la Banda Oriental, 1985, 90 pp
Manual de economía de la seguridad social en América Latina. Carmelo Mesa-Lago, Fabio Bertranou Montevideo: CLAEH, 1998, 333 pp. ISBN 9974-614-15-5
La alternativa parlamentarista. Carlos Pareja, Martín Peixoto, Romeo Pérez Antón, Gerardo Caetano (ed.) Montevideo: CLAEH- Ediciones de Ciencias Sociales, 1992, 194 pp.
Pensar el futuro. Post-iluminismo y proyecto de país. Carlos Pareja y Romeo Pérez Colección Argumentos, n.º 9 CLAEH-Ediciones de la Banda Oriental, 1987, 131 pp
[1] Ver lista de referencias al final
[2] Caminos de Economía Humana. L.Ariokasamy, Y.Berthelot, A. Lalanne, L.Razafimbelo. CLAEH (2016)
[3] R. Pérez Antón, La inspiración doctrinaria del CLAEH. Documento interno (2007)
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